sábado, 18 de agosto de 2012

Julio 2012.- El Mont Valier (Pirineos)


Dia 24-7.- Dejamos Chamonix camino de Grenoble y nos paramos en Annecy, preciosa ciudad turística; de hecho la llaman la Venecia de los Alpes
Canal de Annecy
Está atravesada por un canal bordeado de macetas con flores, que lo hacen muy vistoso.
Compuerta del canal floreada
El canal desemboca en un lago enorme, que sirve de enclave a elegantes casas de veraneo.
Lago de Annecy
Después del relajante paseo por Annecy, continuamos rumbo a Grenoble, nos alojamos en el albergue de la ciudad; dispone de cocina y está bastante limpio.
25-7.- En Grenoble vamos a hacer una via ferrata, (para los profanos, decir que son paredes rocosas equipadas con cables, escalones, pasarelas aéreas y acrobáticas a veces).

Yo entrando en el puente tibetano
La via se llama Les prises de La Bastille y está muy bien equipada y mantenida en perfecto estado.
Puente nepalí
Se compone de dos tramos y tiene puente nepalí y puente tibetano, que rompen la monotonía de la escalada.
Colgado en la pared


Al final se llega a un castillo al que normalmente se puede subir por escaleras o por un teleférico, desde la ciudad.
La Bastille con su teleférico
Una vez acabada la vía, tomamos una cañas en el mirador-restaurante que hay en la estación del teleférico, con unas soberbias vistas sobre Grenoble.
Grenoble desde el teleférico
 Bajamos andando hasta el coche, para hacer los 440km. que nos separan del albergue de Carcassonne, situado dentro de la ciudad amurallada. Hoy es un día normal y da gusto andar por las calles, nada que ver con la aglomeración de hace 12 días.
26-7.- Ascension al Mont Valier (2838m.)
Salimos temprano de Carcassonne para acercarnos hasta Les Bordes s- Lez; son 150km. que Tio Txabi los hace con su habitual profesionalidad.
Pasando el pueblo, a mano izquierda sale un camino bien asfaltado y al cabo de 8km. se llega a Pla de la Lau, (920m) donde hay cantidad de coches aparcados, casi todos de familias que vienen a pasar el día en estas campas al lado del río. Es tentador quedarnos a descansar en este bello rincón, pero tenemos que empezar a caminar.
Son las 14h.30m. y el sol pega fuerte. Comenzamos a caminar con el río Riberot a nuestra izquierda y pronto nos adentramos en un hayedo precioso, y la pendiente se acentúa.

Hayas, musgo y piedras
El sendero es muy agradable, porque aparte de lo relajante que es caminar en medio de un bosque de hayas, vamos protegidos del sol por la espesura de las ramas. Después de una hora de camino, dejamos el bosque, y ahora sí, el sol nos castiga con inclemencia, y tenemos que parar con frecuencia para hidratarnos.
Descansando

El paisaje ha cambiado por completo, ahora vamos por una ladera muy pendiente, llena de flores que nos compensan del rigor estival.
¡¡¡Que verde era mi valle!!!


Desde aquí ya podemos avistar la cascada de Nérech (1295m)
 que tenemos que dejar a nuestra derecha, y subiendo en lazadas llegamos a la cabaña de Caussis (1859m.).
Unai y la cabaña Caussis
 A partir de aquí el paisaje se vuelve más árido y en tres cuartos de hora estamos en el refugio de Estagnous (2246m)
Les Estagnous y el Mont Valier
La llegada es realmente hermosa: vemos asomar el tejado del refugio con el Mont Valier casi encima, haciendo de centinela sobre el valle de Riberot.
El refugio está situado en una atalaya privilegiada, con unas vistas preciosas: varios lagos a sus pies y la cordillera enfrente que nos permiten contemplar una bellísima puesta de sol.
Etang Rond
Hemos tardado 4h. en salvar los 1330m de desnivel que separan Pla de la Lau, del refugio.
Para poner el broche de oro a la jornada, en la sobrecena, y contemplando la puesta del sol, tenemos un concierto músico vocal: dos chicas con el acordeón francés (tiene botones a ambos lados, como el bandoneón argentino y la trikitrixa vasca) y un mozo con el saxofón, nos deleitan cantando hermosas y pegadizas canciones típicas del país. Nos da pena ir a la cama, pero mañana espera otra jornada dura.
27-7.- Son las 7h15´ y estamos saliendo del refugio camino de la cumbre del Mont Valier (2838m)
Lagos y refugio al amanecer
Según vamos ascendiendo, el paisaje se hace más grandioso, abajo queda el refugio y varios lagos a diferentes alturas, y hacia el oeste las cumbres doradas por los primeros rayos del amanecer; ciertamente hermoso, muy hermoso.
En una hora hemos llegado al collado de Faustin (2653m.) y ya tenemos a tiro de piedra nuestra meta.

Chica por delante mío y de Benja
Giramos a la izquierda y tras media hora más de fuerte subida por unos canchales, estamos en la cumbre del señor de Couserans.

Los cuatro en la cumbre del Mont Valier
Momentos como éste son los que recompensan de todos los esfuerzos que hay que realizar, para conseguir un sueño.
El Mont Valier es uno de los grandes de Pirineos, no por su dificultad, sino por su belleza y por su situación atípica: a diferencia del resto de los grandes picos de la cordillera, éste no está alineado a lo largo de la misma, sino que esta retirado hacia el norte y la visión desde la cumbre en días despejados es soberbia: desde El Vignemale por el oeste, hasta El Canigó por el este. Nosotros no tuvimos esa suerte, porque a pesar de estar el día totalmente despejado, había una bruma que sólo nos permitía ver las cumbres mas cercanas.
 Quiero despedirme dando las gracias a Unai, por haberlo organizado todo, y aunque no estaba en las mejores condiciones físicas por sus dolores de espalda, supo sacrificarse por el bien del grupo. Sirva tu foto en la cumbre como muestra de mi agradecimiento.

Ezkerrik asko, Unai
No quisiera olvidarme de mis otros dos compañeros: Benja, ese gran compañero que siempre está cuando lo necesitas, y Tio Txabi, que cargó con la pesada carga de llevar el coche durante tantos y tantos km., para tranquilidad nuestra.
Bajamos desde la cumbre hasta el coche (1918m. de desnivel) en 6h15´; llego con la rodilla izquierda muy dolorida, pero un baño en las heladas aguas del río Riberot, obra el milagro de hacer desaparecer por completo los dolores.
Paramos en Castillón-en-Couserans para tomar la última caña de cerveza y ponemos rumbo a casa.
Han sido 14 días difíciles de olvidar, por los grandes recuerdos que traigo en la mochila.














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